martes, 22 de abril de 2014

No me conoces

Puedes verme, mi apariencia,
no te engaño, mira y piensa:
una niña, alta y morena.
¿Qué esconder? Soy inocencia.
Pero observar a conciencia,
más allá de la apariencia,
no te digo que no puedas,
mas es ardua la tarea.
Mira, deduce, observa,
todo a tu manera…
Pero si ella no te deja,
de nada sirve. ¡Qué pena!
Crees que puedes conocerme
a fondo, estudiarme siempre
y sin preguntar saber.
Falta aún por aprender.
Que no se puede llegar
a lo más hondo de un ser
con tanta facilidad,
y hay cosas que callaré.
Cada cual con sus secretos,
ya malos, ya siniestros,
o que nunca mostraré
porque así es mi parecer.
Soy como un libro que estás ansioso por leer.
¿Por qué? No preguntes, yo no lo sé.
Y tú tampoco.
Planteamiento, nudo y desenlace,
las tres partes fundamentales
de toda novela, de toda vida.
Eso es algo que no olvidas,
que no debes olvidar
al empezar un libro:
bien, quieres leer el mío…
¿Llegarás al final?
Rima S.

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