Aquí en mi cuarto encerrada,
pienso, con rabia, en qué debió haber sido,
y lo comparo con lo que ha ocurrido.
Aquí mismo, yo sola, solitaria.
Si pudiera salir como si nada
y entonces reunirme otra vez contigo,
poderme escapar de mi destino,
no estaría quizás tan amargada.
Pero no puedo desobedecer,
no tengo derecho a equivocarme,
la prohibición es siempre por nuestro bien.
Creí que decidía yo: no solían contrariarme.
Mas en verdad ellos lo hacían: me enteré
cuando quise algo que no quisieron darme.
Rima S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario